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Friday, March 17, 2006

Graciela Naranjo “Señora Bolero”


Por: José Antonio Orellán
¿Quién no ha disfrutado de un bolero?, tal vez frente a una copa, en medio de bocanadas de humo y un ambiente de luz tenue, o quizás como excusa para estrechar en tierno abrazo a su alma gemela, mientras danza armoniosamente.
El Bolero, hermano menor del Son, fiel compañero de amores y desamores. “Pepe” Sánchez, jamás imaginó que aquel primer bolero compuesto por él hace mas de un siglo, trascendería para reclamar su tiempo y espacio en la inmensa geografía musical caribeña y ganar además, fieles seguidores en los más recónditos lugares del planeta.
Un género que en principio parecía predestinado para la interpretación masculina con la mujer como musa inspiradora, mas tarde encontraría en éstas, el toque preciosista y seductor que requería su interpretación. La primera venezolana en adoptar para sí al Bolero fue, Graciela Naranjo.
Graciela Naranjo nace en Maiquetía, hoy estado Vargas, el 25 de Diciembre de 1916 y Dios le dotó con una voz prodigiosa para el canto, y un temple de acero que le llevó a abrirse paso en un competido y exigente Universo musical, circunscrito en una sociedad machista.
Debutó a la tierna edad de 15 años y se convirtió en ficha exclusiva de la Broadcasting Caracas (actual RCR), emisora pionera de la radiodifusión en Venezuela, tiempos en que las transmisiones se realizaban en directo..
Graciela, contralto por naturaleza, voz de suave arrullo, de mágica dulzura para la interpretación, artista que describe y transmite en sus cantos cada escena vivida en la canción. Graciela Naranjo cantó bajo la dirección de los más reputados directores venezolanos del Siglo XX, entre ellos Billo Frómeta, Luis Alfonzo-Larrain, Chucho Sanoja, Eduardo Serrano, Jesús Pallás, Rafael Minaya y Evencio Castellanos. Sus instrumentistas, fueron músicos como Alirio Díaz, Aldemaro Romero y Lorenzo Rubalcaba. Graciel Naranjo participó con la Orquesta Anacaona; también alternó con Carlos Gardel, el Trío Matamoros, Pedro Vargas, Celia Cruz, Bobby Capó, y La Vieja Trova Santiaguera, entre otros.
Para que no queden dudas de las dimensiones su trayectoria, citamos las declaraciones del maestro Agustín Lara en entrevista concedida a revista cubana:
Aunque muchos interpretes me hacen el honor de interpretar mis canciones, para mí los más completos son: en el sexo feo, Pedro Vargas y Chucho Martínez Gil, y en el sexo femenino Toña La Negra, Ana María Fernández, Elvira Ríos y Graciela Naranjo. Esta última venezolana, me satisface de manera incomparable”.

El cine también le coqueteó a esta Diva, y así, pudo ser apreciada durante la época dorada del cine Latinoamericano en películas como: “Romance Aragueño” (1939), “Misión Atómica” (1947), junto a Amador Bendayán y el “Tenor favorito de Venezuela”, Alfredo Sadel. También actuó en “A la Habana me voy” (1949), al lado de Blanquita Amaro y nuevamente, Sadel. Participó además, en cortometrajes musicales producidos por el más importante estudio de grabación venezolano, Bolívar Films (Memoria fílmica de la historia contemporánea venezolana).
Graciela, también ha sido pionera de la televisión venezolana, contó con su propio programa: “Contraste Musical”, en Televisa (hoy día Venevisión). Por razones personales, en el año 1961, anunció su prematuro retiro en el Show del prestigioso y siempre recordado animador de la TV de Venezuela, Renny Ottolina.
En el año 1995, Graciela Naranjo retorna a los estudios de grabación de la mano de su hijo, el maestro Alberto Naranjo, así surgió “Los Cantos del Corazón”, en el que rinde tributo a la historia viva de la radio, el cine y la televisión de su país.
En el año 1998, una vez mas, Graciela Naranjo se atrevió a embriagarnos de nostalgia a través del CD: “El Legado”, esta vez con el bolerista, “Rafa” Galindo. Esta unión dio pie, a la producción de una serie de presentaciones en la que este par de veteranos músicos desplegaron su entusiasmo y condiciones, entre ellos cabe destacar: Tropicalía Caraqueña, en la sala de conciertos Corp Group, en Caracas y el Festival Boleros del Mar en Valencia en Noviembre del 2000.
Fue aquel Miércoles Santo 11 de Abril de 2001, al acercarse el alba, mientras la feligresía caraqueña se aprestaba para acompañar al santo de su devoción, el "Nazareno de San Pablo"; que el Señor decidió que era hora de incorporar un ángel a su coro celestial... Y penetró sigilosamente en la habitación de Graciela, llevándola consigo... Dejándonos una profunda tristeza por su ausencia física, pero una hermosa herencia a través de sus grabaciones, anécdotas y recuerdos.
Cuando se escriban las páginas del aporte venezolano a nuestra herencia musical latinoamericana, Graciela Naranjo “Señora Bolero”, es y será, la primera referencia a mencionar; sus interpretaciones así como enamoraron a nuestros padres, perdurarán en el tiempo de manera indeleble, enamorando a nuestra generación y las generaciones por venir, con su seductora voz, envolviéndonos con esa suerte de magia que hechiza a los enamorados, transformando sueños en esperanzas.

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